Me gusta imaginarme que el hombre loco de los semáforos es un deportista de tenis.
Me gusta imaginarme que los chavalos limpia parabrisas estudian en la UCA.
Me gusta imaginarme a la señora vende agua helada que es una abogada.
Me gusta imaginarme que el indigente de la esquina del Pool 8 es un empresario exitoso.
Me gusta imaginarme, que los perros callejeros tienen un hogar.
Me gusta imaginarme, que somos libres, y no prisioneros de nuestro propio destino.
Me gusta imaginarme que todos brillamos como una aurora boreal.
Me gusta imaginarme que superamos nuestras adversidades, que perdemos el miedo a ser felices.
Me gusta imaginarme, que todos somos capaces de dar amor sin reprocharnos luego por algún error.
Me gusta creer, que todos tenemos propósitos, y que todos cumplimos nuestros sueños.
Me gusta creer, que todo pasa por una razón.
Me gusta creer, que todo saldrá bien, y que por casualidades del universo, le sonreímos a la vida y sus presagios.
Me gusta creer, que saltamos a los abismos de nuestros recuerdos solo para no olvidar como nos reconstruimos, para aprender que el vacío es lo que nos hace cuestionar cada cosa que nos separa de nuestros sueños.
Me gustan mis deportivos a la orilla del mar.
Me gusta el sol reflejado en mis ojos.
Me gustan los lunares incrustados en mi piel como constelaciones.
Me gusta mi cabello aunque sea rebelde y se me escape entre los dedos de las manos.
Me gustan mis manos cuando tocan algo que me gusta.
Me gusta aprender algo nuevo.
Me gusta el clima que queda después de llover, aunque no soporte el frío.
Me gusta leer a las personas como si fueran libros de literatura.
Me gusta reirme de cualquier cosa.
Me gusta ver a la gente sonreír.
Me gusta querer a la gente.
Quiero ser, aquella persona capaz de hacer todo eso que me hace feliz, sin reprocharme porque me equivoco, sin cuestionarme porque soy frágil y fuerte al mismo tiempo, sin sentir cobardía y admirar mi coraje ante la vida, quiero aventurarme a lo nuevo, a lo desconocido, quiero quererme y sentir que vivo, quiero ser yo.