Hoy tuve una conversación amena con mi corazón. Tenia la pequeña curiosidad de consultarle si ya te había olvidado, o al menos tener recuerdos tuyos lleno de telarañas en baúles olvidados.
Para mi sorpresa, me devolvió la pregunta. Me preguntó si yo quería olvidarte, honestamente no supe que responder, puesto que temía a mi propia respuesta.
Decidí tomar valor, y ponerme a prueba a mi misma, tome un tren con destino a tus placeres, me dispuse a visitar los lugares que mas frecuentabas, también visite un pequeño salón con tapizados color rojo carmesí..
Mientras iba de camino sentada en una banca, quería comprobar y tratar de hacerme ver si realmente había querido olvidarte.
Llegando a la función, que tu boleto dorado dejó arrugado y casi sin tinta, debo reconocer que me estremeció estar en ese salón. Mi corazón es muy bueno fabricando cortometrajes de momentos vividos, casi casi que te mueven la piel.
Pero, estando ahí, con la majestuosa obra que tus ojos admiraron, tu cerebro tarareaba los sonidos, de aquel salón testigo de momentos que jamas podrían volver a sonar..
Mi corazón latía fuerte, muy fuerte mientras la obra empezaba, tenia la sensación de que te vería entrar y quedarme como un cubo de hielo, el mismo cubo que se derritió al verte con tus ojos llenos de luz, con tus manos blancas, cautelosas y silenciosas. Y si te lo preguntas, no, no estoy aquí por ti, estoy aquí por mi.
Pero espera.. La obra esta a punto de empezar…
Déjame te cuento lo que siento, cuando la obra termine, para así poder explicarte lo que el corazón me cuestionaba, déjame te cuento en breve, si de verdad no quiero olvidarte, o si de verdad el corazón
es el que me quiere convencer, de que lo que siento, es solo un recuerdo de aquel abril.
Frappe de Caramelo