QUERIDOS EXTRAÑOS

Tengo algo que contarles

Fragmentos

Toda mi vida, o al menos gran parte de ella he sido una persona extrovertida, pero de esas que se complicaba la vida como un cubo de Rubik, y ojalá de solo seis colores.

El otro día recordaba como levantarse de la cama era más que solo un abrir los ojos y ver el teléfono para ver si tenía mensajes o si se me hacía tarde para el trabajo.

Aunque ocasionalmente hago eso, creo que he logrado desbloquear algunas emociones que se me hacían muy difíciles de compartir hasta conmigo mismo.

Durante mi vida he tenido muchas pérdidas, al igual que ustedes también las han tenido, y creo que de alguna forma cada una de ellas, nos han hecho reflexionar y pensar sobre nuestro futuro.

Estoy muy seguro, que la persona que soy ahora, es mejor de la que era antes, y aunque aún sigo luchando por mantenerme a flote por encima de la rutina, convivir con la ansiedad de mi futuro, mientras trabajo al mismo tiempo para saber quién soy día con día, creo que hasta el momento lo he hecho bien.

Digo, a las alturas de este siglo y bajo todas estas circunstancias, mantenerse con vida definitivamente es un acto de valentía y de mucho coraje.

Hace un año aproximadamente mi vida dio un giro de 180 grados, fue como haber entrado en un coma emocional y de reconstrucción, debido a la situación que pasamos a nivel mundial, me convertí en una persona asocial, y lejos de la persona extrovertida que todos conocían, algo de mi se perdió, y que hoy, después de un año estoy tratando de recuperar.

No quiero venderles un falso positivismo, porque es que; soy del pensar en que demasiado positivismo, no hace bien. ¿Por qué? Porque pienso que no nos damos la oportunidad de sentirnos vulnerables, de saber que podemos equivocarnos y que somos humanos. Porque a medida que pasa el tiempo, nos convertimos en personas con ideas o perspectivas muy altas y lejos de la realidad.

Por qué está bien sentirse débil, está bien llorar de vez en cuando y no saber de qué, porque a veces está bien no estar bien.

Creo que uno de los mejores avances que he tenido, es mantener mi esencia como persona, y no haberla perdido a medida que caminaba por esa delgada línea de la ansiedad y la depresión.

Y aunque no lo creamos, reconocer que estamos pasando por esto, es un buen paso para lograr salir de a aquel agujero negro que a veces se nos hace imposible escapar, porque sentimos que vivimos rápido y estamos rodeados de exigencias.

A veces no es depresión ni ansiedad, en ocasiones es solo que despertamos y nos sentimos tristes o vacíos (aunque estemos llenos), así, de la nada, y hay ocasiones en que las personas de tu entorno no quieren cooperar.

¿Qué difícil no? Porque además de luchar con nuestras propias emociones, también tenemos que aprender a tolerar a los personajes estrellas de la familia o el trabajo, aquellos sarcásticos que nos hacen pensar severamente en el límite del raciocinio humano.

Lo único que nos queda es contestarles con la mente todo eso que honestamente queremos vomitarles en la cara (ok, no tan explícito) pero sí, algo así.

Realmente lo importante es conservar nuestra paz, que a corto plazo puede que sintamos rabia por las cosas que no comprendemos de momento, pero que a medida que pase el tiempo, lograremos comprender.

El tiempo no sana, el tiempo te enseña, y a medida que vamos aprendiendo y comprendiendo poco a poco, nosotros mismos vamos sanando cada parte de nosotros.

 

Porque está bien perderse, siempre y cuando podas volver.

 

Frappe de Caramelo

Siguiente Entrada

Anterior Entrada

Dejar una respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

© 2024 QUERIDOS EXTRAÑOS

Tema de Anders Norén

El contenido de Queridos Extraños tiene derechos de autor